Parte II: ENCANACIÓN DEL HIJO DE DIOS: (Juan 1:1-18)
Parte II:
ENCANACIÓN DEL HIJO DE DIOS:
(Juan 1:1-18)
El Verbo Hecho Carne:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Este era en el principio con Dios… Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho… En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres… La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella… Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan… Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él… No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz… Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo…”.
(Juan 1:1-18)
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Ayuda Pastoral:
1.3. El Verbo y Su relación Con Juan El Bautista.
Juan 1:6-8:
Aun
los que consideran que el prólogo se presenta en forma poética, reconocen que
estos tres versículos tienen todas las evidencias de prosa. Se discute si estos
versículos caben aquí, o si originalmente se unían directamente con el v. 19
para formar el comienzo del Evangelio, el prólogo siendo agregado después por
el evangelista.
No hay consenso entre los comentaristas sobre estos dos problemas críticos: la naturaleza del texto y la unidad del Evangelio.
Hubo un hombre marca una clara distinción entre Juan y Jesús. Es sorprendente
y difícil de explicar el hecho de que aparezca una referencia a Juan en el
prólogo, máxime cuando no se lo distingue de varios otros con el mismo nombre.
Morris
encuentra una explicación en la prominencia acordada a Juan por algunos de sus
seguidores. A pesar de que los Evangelios presentan a Juan como el precursor y
testigo de Jesús, parece que algunos de sus seguidores querían elevar aún más a
su maestro, hasta que algunos se preguntaban si Juan no sería el Mesías esperado (ver
Lucas 3:15).
NOTA: V. 6: Juan (el Bautista). Su papel, que queda claro en el v. 8, era simplemente dar testimonio de la luz.
El verbo “hubo”, egeneto (aoristo del verbo ginomai G1096), se usa en relación con Juan y se traduce lit. “llegó a ser” o “llegó a haber”, indicando un comienzo en el tiempo y el espacio. En contraste, como ya hemos visto, el verbo eimi G1510 se usa al referirse a Jesús, indicando un ser eterno. Enviado por Dios es una expresión usada frecuentemente en el AT., y el NT.
Ayuda Hermenéutica:
G1096 γίνομαι = gínomai:
prolongado y voz media de un verbo primario hacer que sea («gen» -erar),
i.e. (reflexivamente) llegar (llegar a ser),
usado con gran latitud (literalmente, figurativamente, intensivo, etc.): - acabar, acercar, acontecer, alcanzar, caer, cesar,
comportarse, constituir, continuar, convertir, cumplir, Dios (nos libre),
dividir, divulgar, efectuar, espantar, expulsar, gobernar, hacer, intervenir,
levantar, librar, llegar, llenar, (de
ninguna) manera, nacer, participante, pasar,
poner, producir, quedar, quitar, reducir, resultar, sobrevenir, suceder,
temblar, venir, volver.
G1510 εἰμί = eimí: primario pers. singular presente indicativo; forma prolongada de un un verbo primario y defectivo verb; yo existo (usado solo cuando es enfático): - ser. Véase también G1488, G1498, G1511, G2258, G2071, G2070, G2075, G2076, G2771, G2468, G5600, G5607. (Strong).
Se usa en este Evangelio de todos los siervos de Dios y especialmente al referirse a Jesús (ver 5:20; 6:38, 57; 17:8, 18; 20:21). Aquí se usa en relación con Juan el Bautista (ver 1:33; 3:28), indicando a uno que goza de una misión divina, no humana, y el respaldo de Dios mismo. El autor, al marcar una distinción muy clara entre Jesús y Juan, de ninguna manera tiene la intención de rebajar a éste.
Que
se llamaba Juan es una expresión que, según algunos, apunta implícitamente al
apóstol Juan como el autor del Evangelio. Morris pregunta: “¿Quién más
introduciría al Bautista como Juan, sin mayor descripción?”. Esta
evidencia adquiere más peso cuando observamos el cuidado que el autor
normalmente toma para evitar confusión de nombres (6:71; 12:4; 13:2; 14:22;
18:2; 19:25, 38). Es cierto que los otros Sinópticos hacen lo mismo, pero con
menos frecuencia.
El nombre “Juan”, Yohanan en heb., significa “Jehová ha sido misericordioso”.
Ayuda Hermenéutica:
· Él [Este] vino como testimonio indica el propósito
de la misión que Dios asignó al Bautista. El término “testimonio” = (marturia
G3141) es el mismo del cual proviene nuestro “mártir”.
· El sustantivo gr. marturía se usa 14 veces en este Evangelio
y 37 veces total en el NT, mientras que el verbo martureo
G3140 aparece 33 veces en Juan.
· Plummer observa
que la forma sustantiva y verbal aparecen frecuentemente en Juan, pero, en
cambio, el adjetivo mártir = (martus G3144)
no se emplea.
A
veces el término se usa para referirse al testimonio porque se consideraba que
el testimonio supremo se daba al morir como mártir de la fe cristiana.
El testimonio es una afirmación o aseveración de una cosa de la cual uno está
absolutamente seguro. El mártir cristiano, al morir, daba testimonio de su fe
en Jesucristo y de la veracidad del evangelio.
Juan
insistía que lo que escribía era verídico y que había muchos que daban
testimonio a ese hecho. Se mencionan siete que dan testimonio de Jesús:
· El Padre (5:31, 37; 8:18),
· Cristo mismo (8:14, 18),
· El Espíritu Santo (15:26;
ver 16:14),
· Las obras de Jesús (5:36; 10:25),
· Las Escrituras (5:39, 45 ss.),
· Juan el Bautista y una serie de otras
personas, entre las cuales figuran la mujer samaritana (4:39),
· La multitud (12:17), y
· Los discípulos (15:27).
A
través del Evangelio, Juan el Bautista se presenta como el que da testimonio.
Tal es que muchos opinan que el título “Juan
el Testigo”
sería más apropiado que “Juan
el Bautista”.
Es cierto que Juan fue enviado a bautizar, pero el Evangelio pone más énfasis en él como el que da “testimonio” (1:7, 15, 23, 26, 27, 29, 32-34, 36, 40; 3:26-30; 5:33).
A
fin de dar testimonio de la luz define más concretamente la misión de Juan, es
decir, la naturaleza de su testimonio. Su testimonio sería “con respecto a la luz” o “acerca de la luz”, y el contexto aclara que la luz era el Verbo, el Hijo
de Dios (ver 8:12; 9:5). Le
tocaría a Juan el identificar a Jesús como “el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (1:29).
En
los Sinópticos se enfatiza la predicación de arrepentimiento y la práctica del
bautismo, inclusive el bautismo de Jesús. En cambio, Juan no menciona el
bautismo de Jesús, pero enfatiza su misión de dar testimonio.
Nótese: la repetición del término “testimonio” en el v. 7, un mecanismo usado frecuente en Juan para dar énfasis.
Para
que todos creyesen por medio de él indica que el hecho de dar testimonio acerca
de Jesús no era un fin en sí, sino que apuntaba a un propósito evangelístico,
que todos creyesen en la luz. Juan se conoce como el “Evangelio de la fe” por el énfasis que el autor pone sobre esta respuesta a
Dios. Es un evangelio universal en el sentido de que está abierto a todos. Dios
no excluye a nadie.
El
verbo creyesen es un subjuntivo del aoristo que apunta a una acción definitiva
de fe. Este verbo, como es empleado en Juan, se refiere a mucho más que a un
mero asentimiento mental. Requiere conocimiento de los hechos básicos del
evangelio, un cambio de pensar, una confesión de fe y un compromiso de vida y
de por vida.
Por medio de él podría gramaticalmente referirse a Jesús o a Juan, pero es claro que se refiere a éste último. El NT., afirma que uno cree en Jesús para la salvación; no es que cree “por medio de” él.
No
era él la luz es una categórica negación de que Juan el Bautista fuera el
Mesías, como algunos de sus seguidores aparentemente habían llegado a pensar.
Su audacia y la autoridad con que predicaba y denunciaba el pecado del pueblo habían
llevado a algunos a esa conclusión.
El pronombre “él” traduce el término griego ekeinos G1565 que suele traducirse “aquel”; en la NVI., es “él mismo”, con un sentido enfático.
G1565 ἐκεῖνος = ekeínos: de G1563; ese, esa, eso (o [neutro] cosa); a menudo intensificado por el artículo prefijado: - él, aquel, ese mismo. Véase también G3778. (Strong).
Sino que vino para dar testimonio de la luz repite la naturaleza limitada de la misión de Juan el Bautista. Se concentraba en una sola cosa: “dar testimonio de la luz”. Se introduce con el adversativo fuerte “sino”, marcando un agudo contraste. El verbo vino, en el texto de la RVA., no figura en el texto griego; es una construcción abrupta que enfatiza lo que sigue.
1.4. El Verbo y Su Relación Con El Mundo. Juan
1:9-13:
Con
esta sección, el autor vuelve a la consideración del Verbo y agrega dos hechos asombrosos:
· El Verbo
eterno, siendo verdadero Dios, tomó sobre sí la naturaleza humana, y
· Segundo, cuando lo
hizo, la humanidad en general no quiso recibirlo.
Morris
comenta: “Juan
toma cuidado para que no perdamos de vista ni las buenas nuevas de la
encarnación de Dios, ni la tragedia del rechazo de parte de la humanidad”.
Aquel
era la luz verdadera es una respuesta categórica a las pretensiones exageradas
de los discípulos de Juan respecto a su amado maestro, o de cualquier otra
persona que se proclamara el Mesías de Dios.
Juan contrasta la luz del Verbo, la verdadera, con todas las demás luces. En comparación, la más brillante de esas luces es como la de un fósforo al lado de la del Sol.
El
pronombre Aquél no
está en el texto original, pero se sobrentiende, apoyándose en la última
palabra del versículo anterior. El término “verdadero” o “la verdad”
es otro tema central en el cuarto Evangelio.
El término griego alethinos G228 enfatiza lo completo, lo auténtico, lo perfecto y lo genuino, mientras que, en el hebreo, que está detrás de la LXX (Septuaginta), agrega los conceptos “digno de confianza”, “fidelidad”, “duradero” y “lo que se ajusta a la realidad”.
G228 ἀληθινός = aledsinós: de G227; verdadero, veraz: - sincero, verdadero. (Strong).
Que
alumbra a todo hombre que viene al mundo es una construcción complicada en el
texto original, admitiendo dos traducciones distintas. El problema consiste en
determinar cuál es el sujeto del verbo “que
viene”.
La
RVA., entiende que el sujeto es “todo
hombre”, pues el género y caso de “hombre” concuerda con
el participio griego “que
viene” y se
ubica inmediatamente antes.
Sin embargo, Juan nunca habla de los hombres que vienen al mundo, ni de la humanidad que viene al mundo. La expresión “que viene al mundo” se reserva para el Hijo de Dios y, por eso, muchos traductores se inclinan para una traducción que refleje esa opinión, tal como, por ejem.: “Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo” (NVI).
El
autor no define el significado de alumbra a todo hombre. Juan aclara que
los que rechazan a Cristo andan en tinieblas (3:19 ss.) y hay un sentido en que
la luz alumbra solo a aquellos que creen en Cristo.
Sin embargo, la “luz verdadera” ha irradiado una iluminación general suficiente para que toda la humanidad sea responsable si la rechaza (ver Romanos 1:20).
En
El Mundo Estaba Introduce Tres Ideas En Cuanto Al Verbo de Dios:
·
Primero, el verbo estaba
es del tiempo imperfecto, indicando una presencia continua.
·
Segundo, y el mundo fue
hecho por medio de él repite el concepto del v. 3, recordando que todo lo que
existe en el mundo “llegó a existir” por su intervención personal.
·
Tercero, Juan llega a la
culminación de su argumento: pero el mundo no le
conoció.
Nótese: la progresión del
argumento. El
Verbo de Dios vino
personalmente al mundo, creó el mundo y todo lo que en él hay, pero
trágicamente el mundo no le conoció.
Obsérvese el cambio en el significado
del término mundo empleado tres veces en este versículo:
· Primero, se refiere al mundo habitado;
· Segundo, se refiere al
mundo terrenal y todo lo que en él está;
· Tercero, se refiere a la humanidad caída, y, sin embargo, el objeto del amor de Dios (Juan 3:16).
No
le conoció merece una atención especial. El verbo es de
tiempo aoristo, indicando una acción decisiva, de una vez. Se refiere a un
conocimiento más que intelectual; Juan tiene en mente un conocimiento íntimo y
personal, que incluye un compromiso.
La razón por esta falta de conocimiento, como se aclara luego, no es falta de oportunidad, ni conocimiento intelectual, sino se debe a la voluntad contraria, rebelde, el eterno no querer (ver 5:40; también Isaías 29:16; 51:13; Os. 8:14).
Juan
emplea frecuentemente la repetición como mecanismo para enfatizar un concepto.
El v. 11 cumple este propósito. La tragedia del rechazo se presenta en su
dimensión más lamentable e inexcusable. A lo suyo vino es lit. “a sus propias cosas vino” o “a sus posesiones vino”.
Morris
comenta que la expresión se traduce “en su
casa” en otros
pasajes (por ejem., Juan 19:27). Hay un ligero cambio entre lo suyo y los suyos:
· El primero, de género neutro, se refiere a
todas las cosas,
· Pero el segundo, de género masculino, a seres humanos.
Lo
lógico es que los suyos, los judíos, de entre toda la humanidad, tendrían que
haberlo recibido primero. No es que vino a una tierra extraña, a un pueblo
extraño, ni al mundo en general, sino que vino a Israel, el pueblo de Dios que
había gozado abundantes bendiciones de su mano.
Esta
vez Juan no dice “no le conoció” (v. 10), sino que no le
recibieron, pero las dos expresiones están íntimamente relacionadas, la primera
dando lugar a la segunda.
El verbo recibieron implica una bienvenida o una recepción a una relación personal e íntima, tal como la conyugal (ver 14:3; Mateo 1:20; 1:24). El tiempo aoristo del verbo indica una acción decisiva y final.
Pero
a Todos Los Que Le Recibieron Indica Dos Cosas:
· Primero, el rechazo no fue
total,
y
· Segundo, la decisión de recibirle dependía de la disposición de
cada uno.
En vez de todos, “todos cuantos” capta mejor el término griego josos G3745.
Plummer encuentra una ligera distinción entre “recibieron” = (paralambano G3880) en el v. 11 y recibieron = (lambano G2983) en el v. 12: el primero lleva la idea de “recibir algo de la mano de otro, o aceptar lo que es ofrecido” mientras que el segundo señala “la recepción espontánea de individuos, sean judíos o gentiles”.
G3880 παραλαμβάνω
= paralambáno de G3844 y G2983;
recibir cerca, i.e. asociarse con uno mismo (en cualquier acto o relación
familiar o íntima); por analogía asumir un cargo; figurativamente aprender: -
aprender, recibir, tomar.
G2983 λαμβάνω = lambáno: forma prolongada de un verbo primario que se usa solo como alternado en ciertos tiempos; tomar (en muchas aplicaciones variadas, literalmente o figurativamente [propiamente objetivamente o activamente, echar mano de; en tanto que G1209 es más bien sub. o pasivamente, haber ofrecido a uno; mientras que G138 es más violento, agarrar o remover]): - entrar, intentar, llevar, aceptar, alcanzar, casar, cobrar, obtener, olvidar, prender, quitar, recibir, recobrar, recoger, sobrecoger, tener, tomar, traer, verdad. (Strong).
A los que creen en su nombre es una repetición para énfasis y aclaración del concepto en la cláusula anterior. Según Juan, “recibirle” y “creer en su nombre” son expresiones sinónimas.
Les
dio derecho de ser hechos hijos de Dios encierra tres términos importantes en
la cristología juanina. El Verbo de Dios les dio, a los que creen en su nombre, la gracia
o dádiva de aceptarle.
La
salvación es una dádiva, o gracia, de Dios de principio a fin. Derecho de ser
se entiende como “autoridad” o “privilegio” más bien que “poder”.
Además,
el verbo ser traduce un término griego que significa “llegar a
ser”.
Las
personas que reciben a Jesús, reciben a la vez la autoridad de ese enorme
privilegio de llamarse “niños de Dios”.
El tercer término, hijos, en griego tekna G5043, es lit. “niños”.
El NT., presenta a Dios como Padre de todos los seres humanos, pues es su Creador, pero sólo son hijos, o niños, de Dios los que nacen espiritualmente por fe en Jesús (cap. 3).
Ayuda Hermenéutica:
G5043 τέκνον = téknon: de la base de G5098; hijo (como producido): - hijo, descendencia. (Strong).
Los
cuales nacieron introduce una explicación de cómo los seres humanos entran en
la familia de Dios, empleando tres veces la negativa y finalizando con la
positiva. No de sangre, o lit., “de sangres”, una expresión por cierto extraña.
El
plural puede apuntar a la sangre de ambos padres, o, según algunos
comentaristas, al hecho de que el nacimiento involucra muchas gotas de sangre.
Ni de voluntad de la carne probablemente se refiere al deseo sexual, es
decir, el que surge de los impulsos naturales del cuerpo humano.
Carne aquí no lleva la connotación pecaminosa que se observa en los escritos paulinos. Ni de la voluntad de varón, o del esposo, quizás una indicación de que la iniciativa sexual generalmente proviene de él.
En una variante de menor valor en el texto gr., el verbo “nacido” en singular, da lugar a una referencia a la encarnación del Verbo de Dios, como un milagro de acción divina, así anticipando el v. 14. Según algunos comentaristas Juan quiso relacionar el milagro de la regeneración de los creyentes con el milagro de la encarnación.
Sino
de Dios es una cláusula en que Juan emplea una conjunción adversativa fuerte
para poner en contraste las tres posibles fuentes del nacimiento espiritual con
la fuente verdadera:
· No fue por descendencia,
· Ni deseo,
· Ni poder humano.
Se
excluye toda iniciativa humana; el nacimiento espiritual es un verdadero
milagro de Dios. Juan emplea una figura audaz en el verbo nacieron = (gennao G1080), el cual se
refiere a menudo a la acción del varón en la concepción de un hijo.
Hay un énfasis especial en el texto griego por ubicar el verbo como última palabra en el versículo. En el texto original se lee así: “los cuales no de sangres, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios nacieron”.
Ayuda Hermenéutica:
gennao = (γεννάω, G1080), engendrar; y nacer en la voz pasiva.
Se usa
principalmente de un hombre engendrando hijos (Mt. 1:2-16); más raramente de mujeres teniendo niños (Lc.
1:13: «dará a
luz», 57: «dio a luz»; Lc. 23:29: «concibieron»; Juan 16:21: «ha dado a luz»).
En Gál. 4:24, se usa alegóricamente, para contrastar con los judíos bajo la
servidumbre de la ley, y el Israel espiritual: «el
cual da hijos», para contrastar el nacimiento natural de Ismael con
el nacimiento sobrenatural de Isaac. En Mt. 1:20 se usa de concepción: «lo que en ella es engendrado». Se utiliza del acto
de Dios en el nacimiento de Cristo (Hech. 13:33; Heb. 1:5 y 5:5: «Yo te he
engendrado hoy», citando el Salm. 2:7). Ninguno de estos pasajes
indica que Cristo viniera a ser el Hijo de Dios al nacer.
Se metafóricamente:
(a) En los escritos del apóstol Juan, del
acto de gracia de Dios al conferir sobre aquellos que creen la naturaleza y la
disposición de «niños»,
impartiéndoles la vida espiritual (Juan 3:3, 5, 7; 1 Jn. 2:29; 1 Jn. 3:9; 1 Jn.
4:7; 1 Jn. 5:1, 4, 18);
(b) De uno que por medio de la predicación
del evangelio viene a ser el instrumento humano en la impartición de la vida
espiritual (1 Cor. 4:15; Film. 1:10);
(c) En 2 P. 2:12, con referencia a los
hombres malvados descritos por el apóstol, la rvr vierte apropiadamente «como animales
irracionales», en lugar de la rv:
«bestias brutas»; el sentido es de una
concepción meramente animal de las cosas;
(d) En el sentido de engendrar contiendas (2 Tim. 2:23). (VINE).
1.5.
El Verbo y Su Encarnación. Juan 1:14-18:
Llegamos
a uno de los misterios más grandes de la fe cristiana.
NOTA: V. 14: Aquel Verbo fue hecho carne. Jesucristo es único, porque era Dios desde toda la
Eternidad, y con todo, se unió a la humanidad, de suya pecadora, en la
Encarnación. El Dios-hombre poseía todos los
Atributos de la Deidad (Filipenses
2:6) y los
Atributos a la humanidad (aparte del
pecado), y existirá
para siempre como Dios-hombre en Su cuerpo Resucitado (Hechos 1:11; Apocalipsis 5:6). Sólo el Dios-hombre pudo
ser un Salvador adecuado; porque debía ser hombre a fin de poder sufrir y
morir, y debía ser Dios a fin de hacer que Su Muerte fuese Eficaz como Pago por
el Pecado.
El uso de la palabra CARNE contradice a la enseñanza gnóstica de que la Deidad Pura no podía
unirse con la CARNE, la cual era considerada por los gnósticos
como enteramente mala. Gloria. En el Antiguo Testamento, la Gloria expresaba el
RESPLANDOR de la manifestación Divina y atestiguaba la
presencia Divina. Aquí
significa la Manifestación Visible de Dios en Cristo.
del unigénito. Se usa aquí (y en 1:18; 3:16, 18) para referirse a Cristo y significa el Hijo único de una manera totalmente diferente de ningún otro que cree y nace como hijo de Dios simplemente porque es igual a Dios. También usó para referirse al único hijo de la viuda de Naín (Lc. 7:12), la única hija de Jairo (Lc. 8:42) y a Isaac, el único hijo de Abraham (Heb. 11:17).
Plummer
dice que Filón bien pudo haber afirmado las verdades en los vv. 9-13, pero
hubiera retrocedido ante las declaraciones de esta sección.
Juan
no describe los eventos históricos en relación con el nacimiento de Jesús como
lo hacen Lucas y Mateo, mostrando su independencia de ellos, pero expresa la misma verdad en
forma más escueta y filosófica.
Recién en esta sección Juan revela el hecho de que el Verbo eterno y Jesús de Nazaret son la misma persona.
Y
el Verbo
si hizo carne es otra frase cargada de verdad evangélica, constituyendo una de
las afirmaciones teológicas básicas del cristianismo.
El
término Verbo se
repite tres veces en el v. 1 y sólo aparece otra vez hasta aquí, pero todo el
Prólogo enfoca su persona.
La conjunción Y (kai G2532) retoma el pensamiento del v. 1.
Ayuda Hermenéutica:
G2532 καί = kaí: aparentemente partícula primaria, teniendo fuerza copulativa y a veces también cumulativa; y, también, aún, así, entonces, también, etc.; a menudo usado en conexión (o composición) con otras partículas o palabras pequeñas: - así, cuando, de la misma manera, en verdad, pero, porque, si (cond.). (Strong).
El
Verbo eterno, introducido como coexistente con Dios,
aquí llega a participar plenamente de la naturaleza humana. El agente de la
creación llega a ser (egeneto).
Juan 1:16: de su plenitud—“de gracia y de verdad”, de las cuales Cristo estaba “pleno”; resumiéndose
el tema del v. 14. Gracia por gracia—es decir, gracia sobre gracia (con todos los
mejores intérpretes), en comunicaciones sucesivas y medidas más
grandes, según cada uno era capaz de recibirla.
Obsérvese
que la palabra “verdad” ha sido
omitida aquí, y la gracia es la palabra escogida en el Nuevo Testamento para
expresar toda la plenitud del nuevo pacto, todo lo que reside en Cristo para
los hombres.
Juan 1:17: Porque, etc.—“La Ley despierta la conciencia del pecado y la necesidad de la redención”; ella sólo tipifica la realidad. El evangelio, por lo contrario, eficazmente comunica la realidad y el poder desde lo alto (comp. Romanos 6:14). Por esto Pablo llama el Antiguo Testamento “sombra”, mientras que llama al Nuevo “sustancia”, Colosenses 2:17.
Juan 1:18: Nadie—“Ninguno”, en el
sentido más amplio. Le vio [a Dios]—por mirada
inmediata, o intuición directa. en el seno del Padre—Expresión notable, usada
aquí solamente, que presupone la existencia consciente del Hijo, distinta del
Padre, y que expresa su acceso inmediato y más encarecido a él, y conocimiento
absoluto con él. Él—Enfático; es decir: “El y
él sólo le declaró”, porque sólo él puede.
NOTA: Juan 1:18: A Dios nadieG3762 le vio jamás. I es, puesto que Dios es Espíritu (Juan 4:24), nadie ha visto jamás a Dios en Su Esencia. Su ser
espiritual. Con todo, asumió formas Visibles, que los hombres vieron en tiempos
del Antiguo Testamento (Génesis
32:30; Éxodo 24:9-10; Jueces 13:22; Isaías 6:1; Daniel 7:9) y en Jesús los hombres pudieron ver
a Dios (Juan 14:8-9). Cristo da vida (1:12);
Revela (vv.14, 18); da gracia y verdad (vv.16-17).
Ayuda Hermenéutica:
G3762 οὐδείς = oudeís: incluído femenino οὐδεμία = oudemía y neutro οὐδέν = oudén; de G3761 y G1520; ni siquiera uno (hombre, mujer o
cosa), i.e. nadie, ninguno, nada: - ninguna
cosa, estimado en nada, hombre, nadie, nada. (Strong).
Concluimos:
Sin Él nada
de lo que ha sido hecho fue hecho, desde el ángel más elevado hasta el gusano
más bajo.
Esto muestra cuán
bien calificado estaba para la obra de nuestra redención y salvación.
La luz de la
razón, y la vida de los sentidos, derivan de Él, y depende de Él.
Este Verbo eterno,
esta Luz verdadera resplandece,
pero las tinieblas no la comprendieron.
Oremos sin cesar
que nuestros ojos sean abiertos para contemplar esta Luz, para que andemos en
ella; y así seamos hechos sabios para salvación por fe en Jesucristo.
En el Señor Jesús los hombres pudieron ver a Dios.
___________
Notas y Bibliografía:
[1] ontológico, ca. adj.
Perteneciente o relativo a la ontología*. V. argumento Microsoft® Encarta®
2009.
*ontología. (Del
gr. ὄν, ὄντος, el ser**, y –logía***).
f. Parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades
trascendentales. Microsoft® Encarta® 2009:
**ser2. m.
Esencia o naturaleza. 2. Cosa creada, especialmente las dotadas de vida. Seres
orgánicos. Seres vivos. 3. ser humano. Es un ser admirable. Seres desgraciados.
4. Valor, precio, estimación de las cosas. En esa palabra está todo el ser de
la proposición. 5. Modo de existir. Ser supremo. m. Dios. en ~, o en su ~.
locs. advs. Sin haberse gastado, consumido o deshecho. Microsoft® Encarta®
2009.
***-logía. (Del gr. -λογία). elem. compos.
Significa 'tratado',
'estudio', 'ciencia'.
Mineralogía,
lexicología.
Microsoft® Encarta® 2009.
[2] G1096 γίνομαι = gínomai: prolongado y voz media de un verbo primario
hacer que sea («gen» -erar), i.e. (reflexivamente) llegar (llegar a ser), usado
con gran latitud (literalmente, figurativamente, intensivo, etc.):- acabar, acercar,
acontecer, alcanzar, caer, cesar, comportarse, constituir, continuar,
convertir, cumplir, Dios (nos libre), dividir, divulgar, efectuar, espantar,
expulsar, gobernar, hacer, intervenir, levantar, librar, llegar, llenar, (de
ninguna) manera, nacer, participante, pasar, poner, producir, quedar, quitar,
reducir, resultar, sobrevenir, suceder, temblar, venir, volver.
(Strong).
- e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 2/7/2017. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. AA-HH Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz. E - Lt. 18. III Etapa. Cel. 937-608382-Trujillo 2017-Tumbes 2023.
charlyibsh@hotmail.com
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