SUPLICA INDIVIDUAL. SALMO PENITENCIAL: (Salmo 51:1-19)
SALMO 51:
SUPLICA
INDIVIDUAL. SALMO PENITENCIAL:
(Salmo 51:1-19)
Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la
multitud de tus piedades borra mis rebeliones. (v. 1).
Lávame
más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado. (v. 2).
Porque
yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí. (v. 3).
Pastor: Carlos
Ramírez Jiménez:
Este es el más conocido de los salmos penitenciales (ver Salm. 130). En la Biblia hebrea el título ocupa dos versículos (esto explica la diferente numeración en versiones, como BJ).
Algunos dudan que el Salmo fuera escrito por David y piensan que el título fue agregado mucho después de la composición del Salmo. Sin embargo, no hay buenas razones para dudar que este Salmo surgiera de la experiencia de David como explica el título, aunque el título fuera agregado luego para explicar su origen.
Esta
experiencia de un llamado profético, de Natán, y el arrepentimiento de David
conlleva una gran enseñanza sobre la ética bíblica. En otros pueblos antiguos
el rey podía hacer lo que quería. Si quería una mujer, podía matar al esposo
para conseguirla, y quedaba impune. Es lo que Abraham temió cuando fue a
Egipto.
·
Los pueblos tenían una doble norma;
·
Los reyes podían quitar la vida de sus
súbditos;
·
Podían tener muchas mujeres;
·
Podían tomar cualquier propiedad, aun a
costa de otros ciudadanos; y
·
Quedaban impunes, mientras el pueblo tenía
que vivir bajo otra ética.
Pero en Israel el rey debía vivir bajo las mismas normas éticas que Dios había dado. Es difícil imaginar que en alguna otra nación antigua un profeta confrontara al rey referente a la ética de sus hechos, como hizo Natán. Pensamos que nosotros no caeríamos en tales dobles normas, pero en la práctica nuestra cultura tiende a aceptar que algún rico o político puede hacer injusticia; o si uno es pobre, está bien robar un poquito de su amo.
1. Confesión. vv. 1-6:
Este Salmo está lleno de enseñanzas teológicas. Nótese: lo que hace el salmista en este párrafo: pide perdón, pide limpieza, reconoce su pecado, confiesa su pecado, reconoce su naturaleza mala y ve que Dios va al fondo del asunto.
Se
destaca la misericordia de Dios con el uso (en el v. 1) de tres palabras
paralelas:
· Ten piedad
es jen H2603
que habla de favor y gracia;
· Misericordia es jesed
H2617 que se usa tanto para el amor y misericordia de Dios en
el pacto con su pueblo; y
· Compasión es rajam H7356 que habla de compasión y ternura.
Asimismo,
el salmista usa tres palabras paralelas de limpieza
(vv. 1 y 2):
Ayuda
Hermeneútica:
· Borra es majah
H4229 que se usa para borrar
una deuda acumulada;
· Lávame
es
cabas
H3526 que es lavar por
fricción; y
· Límpiame es rajats H5352 que significa enjuagar.
El salmista claramente acepta su propia responsabilidad, pues el pronombre mí o mis se usa siete veces en los vv. 1-3. En contraste el v. 4 enfatiza ti y tú, pues el pecado ofendió a Dios. El primer paso a la verdadera penitencia es reconocer sus pecados y su propia responsabilidad delante de Dios.
La grandeza de la gracia solamente se experimenta cuando uno entiende la seriedad del pecado. Por eso David dice contra ti solo he pecado… (v. 4). No es que no haya pecado contra seres humanos también, pero está enfatizando que lo principal es haber pecado contra el Dios justo y puro. Hemos de recordar que nuestro cuerpo pertenece a Dios y nuestro prójimo está hecho a la imagen de Dios.
En maldad he nacido (v. 5). En el profundo conocimiento de Dios el pecado como ofensa particular señala hacia lo más profundo que es la perversa tendencia de la voluntad humana. Como dijo Calvino, esta “naturaleza pecaminosa” se extiende a cada parte del alma, tanto la mente como el corazón han Llegado a ser completamente corrompidos.
El v. 6 muestra que Dios penetra hasta lo más íntimo del ser. Calvino tenía razón en decir que para ser aprobado por Dios lo último del corazón tiene que ser purificado. Los pecados que se mantienen en secreto también desagradan a Dios.
2. Restauración. vv. 7-13:
En este párrafo el salmista de nuevo pide limpieza, pide restauración, pide que Dios olvide sus pecados, pide un cambio en su vida, una comunión constante con Dios y gozo.
El
hisopo (v. 7) fue usado en la Pascua para aplicar la sangre del cordero al
dintel y postes de la casa (Ex. 12:22). También se usaba en la
limpieza ritual del leproso (Lv. 14) y para la purificación del que tocara a un
muerto (Núm. 19:18). La petición lávame nos hace recordar Is. 1:18. Ciertamente
la redención y la limpieza de pecados es el tema central de la Biblia.
Hazme oír (v. 8) es lit. “me harás oír”. ¡Qué importante es el perdón de pecados! ¡Y qué bendición la seguridad del perdón de pecados! (comp. 1 Jn. 1:9) Los que hemos sido creyentes muchos años a veces olvidamos la angustia y la inseguridad que otros viven. Pero el creyente también, cuando peca, sufre la falta de comunión con Dios; por eso el salmista lo expresa con la figura de huesos que has quebrantado, y pide de nuevo que Dios borre todas mis maldades (v. 9).
La obra de restauración empieza con el perdón, pero además hace falta un cambio interno. Sólo Dios puede crear un corazón nuevo y puro. Renueva un espíritu firme o “noble” (no habla del Espíritu Santo sino de la vida interior) nos hace recordar 2 Cor. 5:17, que en Cristo somos una nueva creación. El salmista reconoce que no puede hacer lo bueno por sus propios esfuerzos.
No me eches… (v. 11). Este versículo puede indicar que David recordaba lo que había pasado a Saúl: Dios lo rechazó de ser rey, del servicio que Dios le había dado. No hay nada más lindo que ser útil a Dios para la bendición y salvación de otros, y el salmista lo sabía.
La
segunda parte del versículo nos trae el tema de la obra del Espíritu Santo en el AT. Por cierto, el AT., no nos da muchos
detalles en cuanto a la actividad del Espíritu Santo en la vida de los
creyentes. Nos habla de la unción especial para servicio especial como hacer el
tabernáculo, o profetizar. o ser ungido como
rey. Pero su actividad seguramente no estaba limitada a estos
casos especiales.
Creemos que tuvo un ministerio con todos los creyentes, como indicaría este Salmo. A la vez, hemos de reconocer que algo nuevo sucedió en el día de Pentecostés. Los mismos profetas miraron hacia el día cuando el Nuevo Pacto incluiría esta obra del Espíritu Santo en formar en cada creyente un nuevo corazón.
Devuélveme el gozo (v. 12) destaca la experiencia que todo creyente conoce. Cuando peca o falla a Dios, su vida se seca, no siente el gozo que quiere producir el Espíritu Santo en su vida. Pero cuando se arrepiente y está en comunión con Dios de nuevo, este gozo de tu salvación es precioso. Ahora, como dice el v. 13, puede ser útil de nuevo para ayudar a otros.
3. Compromiso. vv. 14-19:
Para
el salmista, como para el creyente hoy, una nueva reconciliación con Dios y una
nueva limpieza dirige a un compromiso renovado y más profundo. En este nuevo
compromiso el salmista promete:
· Testificar (v.
13),
· Predicar
(vv. 14, 15) y
· Alabar (v. 15).
Además, reconoce que el verdadero servicio consiste en hechos y no sólo ritos, y que requiere un corazón contrito, lo opuesto de orgulloso o autosuficiente.
El espíritu quebrantado y el corazón contrito es lo que Dios quiere en todos los creyentes. Vale más que todas las ofrendas que uno pueda dar o los ritos que pueda hacer.
Muchos creen que los vv. 18 y 19 no eran parte original del Salmo, sino que se agregaron después para el uso de toda la congregación. Es muy posible que la nación, más tarde en una situación difícil, encontrara en este Salmo la expresión de su propia confesión y esperanza.
Este
Salmo presenta una buena descripción de la persona arrepentida:
· En su confesión reconoce sus pecados y su
naturaleza mala, pide perdón y limpieza y no esconde nada de Dios;
· En su restauración experimenta la
limpieza, el gozo, el olvido de pecados, el cambio en la vida, la comunión
constante con Dios y el gozo del Espíritu Santo;
· En su compromiso promete testificar, predicar, alabar y servir a Dios con un corazón contrito.
Los siete juntamente. Salmo 51:1-6:
Un viejo tratado titulado: “Los siete juntamente”, dice que somos:
1. Crucificados
juntamente con Cristo (Gál. 2:20).
2. Muertos
juntamente con Cristo (Col. 2:20).
3. Sepultados juntamente con Cristo (Rom.
6:4).
4. Vivificados
juntamente con Cristo (Ef. 2:5).
5. Resucitados
juntamente con Cristo (Col. 3:1).
6. Sufrientes
juntamente con Cristo (Rom. 8:17).
7. Glorificados juntamente con Cristo (Rom. 8:17).
Promesas: Salmo 51:1-19. Volver-regresar sobre vuestros pasos. El Señor:
1. Nos ha prometido que, si confesamos nuestros pecados, nos
limpiará de toda maldad (1 Jn. 1:9).
2. Nos ha dicho que,
si pecamos, tiene hecha provisión de un abogado para con el Padre (1 Jn. 2:1-2).
3. Nos ha dado la invitación de volver a su presencia
asegurándonos que él tendrá misericordia de nosotros (Is. 55:6-7).
4. Exhorta
continuamente al pecador a retornar a él, ofreciendo sanarle (Jr. 3:22).
5. Nos indica y
anticipa que nos espera con los brazos abiertos (Jn. 6:37).
6. Gracias a Dios hay misericordia y perdón para el creyente
y también para el inconverso (Ef.
2:4).
7. Escudriñemos… busquemos… volvámonos… a Jehová.
La anotación de Moody. Salmo 51:1-19.
El famoso evangelista D. L. Moody anotó en la anteportada de su Biblia:
1. Justificación:
Un cambio de posición; ante Dios.
2. Regeneración:
Un cambio
de naturaleza; de parte de Dios.
3. Arrepentimiento: Un
cambio de mente; acerca de Dios.
4. Conversión:
Un cambio de vida; para Dios.
5. Adopción:
Un cambio de familia; en Dios.
6. Santificación:
Un cambio
de servicio; a Dios.
7. Glorificación: Un
cambio de lugar; con Dios.
“Hay dos maneras de cubrir nuestros pecados, la manera del
hombre y
la
manera de Dios. Si tratas de
esconderlos, se volverán a mostrar algún día; pero si dejas que el Señor los
cubra, ni el diablo ni el hombre podrán volver a encontrarlos otra vez”.
D. L. Moody.
El evangelio en embrión. Salmo 51:1-15:
1. Petición: Ten piedad de mí,
oh Dios, v. 1.
2. Lávame: Y límpiame de mi pecado, v. 2.
3. Confesión: Porque yo
reconozco mis rebeliones, v. 3.
4. Restauración: Quita mi pecado y
seré limpio, v. 7.
5. Conversión: Crea en mí, oh
Dios, un corazón puro, v. 10.
6. Salvación: Devuélveme el gozo de tu
salvación, v. 12.
7. Proclamación: Señor, abre mis labios, y
proclamará mi boca tu alabanza, v. 15.
David exclama a Dios: “Devuélveme el gozo de tu salvación”.
___________
Nota y Bibliografía:
- Biblia de Estudio RYRIE.
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 14//11//2023. MISIÓN
BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de
Noé. Los Cardos Mz.E - Lt.18. III Etapa.
Cerca del Hospital Regional II. Cel. 937-608382-Tumbes.
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