El Pecado Imperdonable: (Mateo 12:22-32)
El Pecado Imperdonable:
(Mateo
12:22-32)
(Mr.
3:20-30; Lc. 11:14-23)
“Por
tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado
a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada…
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el
Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo,
no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.
(Vv. 31-32).
Un
alma sometida al poder de Satanás, y cautivada por él, está ciega a las cosas
de Dios y muda ante el trono de la gracia; nada ve y nada dice a propósito.
Satanás ciega los ojos con la incredulidad; y sella los labios de la oración.
Mientras más gente magnificaba a Cristo, más deseosos de injuriarlo estaban los
fariseos. Era evidente que, si Satanás ayudaba a Jesús a expulsar demonios, ¡el reino del infierno estaba dividido contra sí mismo,
entonces cómo podría resistir!
Y
si decían que Jesús echaba fuera demonios por el príncipe de los demonios, no
podían probar que sus hijos los echaran por algún otro poder.
·
Hay dos grandes intereses en el mundo; y
·
Cuando los espíritus inmundos son
expulsados por el Espíritu Santo, en la conversión de los pecadores a una vida
de fe y obediencia, ha llegado a nosotros el reino de Dios.
Todos los que no ayudan, ni se regocijan con esa clase de cambio, están contra Cristo.
1. Victoria
Gloriosa De Jesús Sobre Satanás. V. 22:
“Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba”.
Este pasaje es común a los tres sinópticos,
aunque algunos consideran que el evento relatado por Lucas tuvo lugar en otro
momento, y quizá en otro lugar (Judea o Perea). El exorcismo notable de un endemoniado, ciego y
mudo, despertó en algunos la esperanza de que Jesús pudiera ser el
Mesías.
Los
fariseos y escribas
(Mr. 3:22) que habían descendido de Jerusalén, en cambio, atribuyeron el poder
con que Jesús había obrado al príncipe de los demonios. Jesús
responde señalando la falla básica, aun necia, de su argumento.
Concluye la confrontación con los líderes religiosos advirtiendo de la terrible consecuencia de obrar deliberadamente contra el testimonio del Espíritu Santo.
2. Este Milagro Creo Convicción En Las Personas. V. 23:
“Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?”.
En
algunas ocasiones, como en ésta, la presencia de demonios en una persona afecta
funciones corporales (v. 22; Mr. 8:28; 9:32). Aparentemente era ciego y mudo
por causa de los demonios. La gente estaba atónita (v. 23), o literalmente
estaban fuera de sí. La pregunta se hace con la partícula griega que anticipa
una contestación negativa, como, por ejemplo: “No será éste el Hijo de Dios, ¿verdad?”. Es una pregunta que expresa tentativamente la
esperanza de que sea el Mesías. El título Hijo de
David (Mr. 9:27) es claramente
mesiánico.
Hobbs observa que los creyentes comunes frecuentemente tienen una percepción espiritual más acertada que los teólogos. Sin embargo, conviene recordar que su concepto del Mesías estaría de acuerdo con la expectativa popular, es decir, un Mesías político-militar. Es posible que el uso del pronombre éste (v. 23), en vez del nombre propio, indica un tono despectivo.
3. La Cavilación Blasfema De Los Fariseos.
V. 24:
“Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios”.
Los
fariseos y escribas
(ver Mr. 3:22), que habían venido desde Jerusalén, no podían menos que
reconocer que Jesús había realizado un gran milagro. Tenían dos alternativas:
· Aceptar a Jesús como el Mesías, Hijo de Dios, y someterse a él, o
· Por otro lado, atribuir el milagro a un poder satánico.
Optaron
por la segunda posibilidad. El nombre Beelzebul (Mr. 10:25) se deriva
probablemente de Baalzebub. Baal era el dios pagano de los cananitas y
significa “señor”. El término “zebub” significa “moscas”
y probablemente se refiere a las plagas de moscas asociadas con las cosechas.
El nombre combinado “Baalzebub” significa “el dios, o señor, de las moscas” de Ecrón (2 R. 1:2-3, 6, 16). Los judíos adoptaron este nombre para referirse a Satanás. Por eso, lo llaman el príncipe de los demonios (v. 24).
4. La Respuesta De Cristo A Esta Blasfema.
Vv. 25-30:
Jesús conocía sus pensamientos... (v. 25) indica un conocimiento sobrenatural, pues los comentarios de los líderes (v. 24) se hacía en voz baja, con la intención de que Jesús no los oyera. Jesús sabía en ese momento, y sabe ahora, los pensamientos más secretos del hombre. Contesta la conclusión de los líderes con cuatro argumentos, mostrando lo absurdo de su acusación. Marcos (Mr. 3:23) dice que Jesús contestó en parábolas. En este pasaje, Jesús enseña una vez más que Satanás es un ser personal.
· Primero, indica que, si él hubiera echado
fuera los demonios en poder de Satanás, sería una situación insostenible, pues
sería Satanás contra Satanás (vv. 25, 26). Los
fariseos y saduceos no pudieron contestar su pregunta: ¿Cómo, pues, permanecerá en pie su reino? Guardaron
silencio. Si (vv. 26, 27, 28) es una partícula que introduce una oración
condicional. El texto griego indica que es la primera clase condicional que
asume la realidad de la premisa. En este pasaje encontramos tres expresiones
hipotéticas en las cuales, para fines del argumento, Jesús admite la realidad
de la condición para mostrar las consecuencias lógicas si fuera así.
· Segundo, Jesús aprieta con un argumento más
personal (v. 27). Los judíos pretendían exorcizar los demonios con ciertas
fórmulas y magia (Hech. 19:13). Jesús no refuta la práctica, ni reconoce que la
práctica sea auténtica, sino que la acepta para fines del argumento. Al acusar
a Jesús de echar los demonios en nombre de Satanás, los líderes estaban
diciendo, en efecto, que sus hijos también hacían lo mismo. Vuestros hijos (v.
27) es una expresión que significa “vuestros
discípulos”. Sus propios discípulos serían sus jueces (krités G2923), condenándolos
por atribuir el poder a Satanás. Tampoco
pudieron contestar esta segunda pregunta: ¿por quién
los echan fuera vuestros hijos? (v. 27).
· Tercero, Jesús afirma que el exorcismo
era una evidencia de la venida del reino de Dios (v. 28). Pero si por el Espíritu de Dios... da por sentado la
realidad de la premisa. Jesús lo había demostrado en los dos
primeros argumentos. Si no obraba en el poder de Satanás, necesariamente obraba
en el poder del Espíritu de Dios, pues hay solamente dos reinos espirituales.
No era una lucha de Satanás contra Satanás, sino de Dios contra Satanás. Esta
victoria de Dios sobre Satanás mostraba claramente que el reino de Dios (v. 28)
había llegado.
Este es uno de los
pasajes más importantes en el Evangelio de Mateo, pues es la afirmación más
clara de que el reino de Dios se había iniciado. La afirmación (v. 28b) se
introduce con la partícula enfática ára
G686, traducida ciertamente.
El verbo ha llegado es un tiempo indefinido y bien puede traducirse llegó. El reino ya
llegó, pero su culminación es un evento futuro. Mientras tanto el
reino se realizaba por medio de Jesús y luego por medio de sus seguidores.
Reino de Dios, en lugar del término favorito reino de los cielos (Hech. 3:2;
8:11; etc.), se encuentra solamente aquí y en tres lugares más (Hech. 19:24;
21:31, 43). Son términos sinónimos y probablemente reino de Dios se usa aquí
para acompañar Espíritu de Dios (v. 28). El Espíritu
es Dios mismo obrando por medio
del Hijo. Lucas lo llama el dedo de Dios (Lc. 11:20).
· Cuarto, el argumento lógico de que nadie entra
en la casa de un hombre fuerte y la saquea,
sin primero atar al hombre fuerte (v. 29). Con esta analogía, Jesús describe
el conflicto entre el Hijo de Dios y Satanás el hombre fuerte. Es un
conflicto entre dos seres personales. El hecho
de echar fuera
los demonios indica que ya Jesús se había enfrentado con el dueño de ellos y lo
había vencido. Saquear
significa “arrebatar” y se refiere
probablemente a la liberación de un esclavo de Satanás,
que era sus bienes, o su propiedad. Su casa se refiere al dominio de Satanás,
pues él es el príncipe de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11).
Ø Jesús ha invadido el territorio donde Satanás dominaba como rey,
y
Ø Lo ha vencido y limitado su poder sobre los hombres.
Satanás sigue obrando con poder limitado hasta la Segunda Venida, pero su destino ya está fijado.
El que no está conmigo... (v. 30) introduce una de las declaraciones más claras de la imposibilidad de mantener una posición neutral frente a Jesús. La neutralidad de un ciudadano cuando su país está bajo el ataque de un enemigo temible, cuyo propósito es destruir, se considera como traición y como identificación con el enemigo. Así es la condición del hombre frente a Jesús: es necesario decidir a favor o en contra. Recoge se refiere a recoger una cosecha para almacenarla (comp. 9:37). Desparramar lleva la idea de “disipar” o “echar a perder”. Se refiere al efecto dañino de la obra de Satanás y sus obreros en las personas que Dios desea recoger en su reino.
5. La Blasfemia Contra El Espíritu Santo.
Vv. 31-32:
“Por
tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la
blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada… A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del
Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le
será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero”.
La
advertencia más severa de Jesús fue pronunciada en esta ocasión (vv. 31, 32). Hay dos asuntos que merecen tener una atención especial
en este párrafo breve:
(1)
¿Qué significa blasfemia contra el Espíritu? Y:
(2) ¿Por qué puede uno recibir perdón si habla contra el Hijo del Hombre, pero no, si habla contra el Espíritu Santo?
El
término “blasfemia” significa “calumnia, reproche, hablar en forma irreverente, maligna”.
La blasfemia contra el Espíritu debe interpretarse en contexto. Jesús, en el
poder del Espíritu (v. 28), acababa de realizar una obra claramente de Dios.
Los líderes religiosos, para no reconocer a Jesús como Hijo de Dios, y sabiendo
bien lo que estaban haciendo, con toda deliberación atribuyeron la obra de Dios
a Satanás. Lo blanco, lo llamaron negro; la luz, la llamaron obscuridad; lo
puro, lo llamaron impuro; lo celestial, lo llamaron infierno.
Stagg dice que el problema de ellos no era de cabeza, sino de corazón. Era nada menos que una ceguera deliberada (comp. 9:1-41). Cuando uno cierra los ojos, no apaga la luz, pero sí, apaga la luz en sus ojos.
Ayuda Hermenéutica:
blasfemia = (βλασφημία, G988), (ya de blax = lento, estúpido; o, probablemente, de blapto = dañar, y feme = habla). Se traduce «blasfemia» en quince ocasiones en la rvr, pero «maledicencia» en Mr. 7:22 y Ef. 4:31, y «blasfemo» en Ap. 13:1 (rv: «nombres de blasfemia»). (VINE).
Dios siempre está dispuesto a perdonar cualquier pecado (v. 31a). Hay una sola condición para recibir el perdón de Dios y es el arrepentimiento sincero. Los líderes manifestaron una actitud impenitente. Ellos mismos se excluyeron de la misericordia de Dios. Hay una diferencia entre una falla momentánea, por ejemplo, como cuando Pedro se puso en el camino para evitar que Jesús fuera a Jerusalén (16:23); y, por otro lado, la decisión deliberada y permanente para obrar contra los propósitos de Dios, como el caso de Judas cuando entregó a Jesús a los enemigos con un beso. Estos líderes estaban en la misma categoría de Judas.
Algunos
comentaristas opinan que, para cometer el pecado contra el Espíritu Santo, uno tiene que presenciar una
manifestación milagrosa del poder de Dios, como cuando Jesús realizó este
milagro.
En cambio, otros opinan que no es necesario ver un milagro para cometer este pecado. Según éstos, uno puede persistir en rechazar los intentos del Espíritu de convencerle de sus pecados hasta que llegue el momento cuando el Espíritu se retire y ya no haya más esperanza. Tales personas quedan cristalizadas en su actitud de rebeldía y rechazo.
Un tercer punto de Mateo 12:31: la blasfemia contra el Espíritu.
Técnicamente, según los escribas, la blasfemia significaba un abuso directo y explícito
del nombre divino. Jesús aquí enseña que también puede ser el injuriar a Dios
al atribuir a Satanás la obra del Espíritu.
· Las circunstancias especiales incluidas en esta blasfemia no pueden
darse hoy;
· Por tanto, este pecado no se puede cometer hoy día.
Jesús exhortó a los fariseos a volverse y ser justificado (vv. 33, 37).
Ø Marcos
lo llama el pecado eterno para el cual no hay perdón (Mr. 3:29*).
Ø Juan
habla del pecado de muerte (1 Jn. 5:16**).
Ø Mateo dice que nunca tendrá perdón, ni en este mundo, ni en el venidero (v. 32).
NOTAS:
(*Mr.
3:28-30): El pecado imperdonable no es tanto un acto como un estado de pecado, una
actitud permanente que considera al bien como malo y al mal como bueno.
Repetidamente los escribas habían sido testigos de las obras y habían escuchado
las enseñanzas de Jesús; pero su ceguera voluntaria ante la verdad había
provocado en ellos tal insensibilidad espiritual que ya no podían reconocerla,
hasta hacerse inmunes a su poder de convicción.
(**1 Jn. 5:16): pecado de muerte. Los creyentes pueden pecar hasta un punto que lleva como resultado la muerte física, como juicio de Dios (1 Cor. 11:30). El griego dice pecado, no “un pecado”, en los vv. 16 y 17, lo que implica que no es un solo acto, sino que tiene el carácter del pecado de muerte.
Queda la segunda pregunta: ¿Por qué la blasfemia contra el Hijo será perdonada, pero no la blasfemia contra el Espíritu? Quizá lo que Jesús tenía en mente es que la función del Espíritu Santo es la de convencer de pecados (Jn. 16:8-11). Cuando uno habla contra, o blasfema, el Espíritu Santo, está rechazando la única provisión de Dios para redargüirle de pecados y llevarle al arrepentimiento. Cuando uno blasfema contra Jesús, aun el Espíritu puede convencerlo; pero si blasfema contra el Espíritu, no queda más esperanza.
Resumiendo:
Vemos que el pecado de los fariseos y saduceos fue premeditado. Fue la culminación de
un largo proceso de rechazar el testimonio en palabra y hecho de Jesús.
También,
fue un pecado a sabiendas, es decir, ellos sabían perfectamente que estaban
violando los dictados de su propia conciencia. Por lo tanto, fue un acto deliberado.
Se pregunta si se puede cometer blasfemia contra
el Espíritu Santo en esta generación. Entendemos que sí, pues hay
más evidencias que nunca del poder de Dios obrando en todo el mundo con obras
de sanidad.
Y aun mucho más dramático y evidente es el poder transformador del evangelio obrando en la vida de millones y millones en la redondez del mundo. El que persiste en rechazar estas evidencias y atribuirlas a Satanás se encuentra en la misma compañía de los fariseos y saduceos.
Para Meditar:
Antes de Jesús y después de él hubo exorcistas.
El método empleado era bien visible. Se colocaba un anillo en la nariz del
endemoniado para sacarle el espíritu malo. La evidencia de que el demonio había
salido se demostraba haciendo que ese espíritu volcara un vaso de agua que le
colocaban delante suyo. También se utilizaban hierbas, animales, encantamientos
y palabras mágicas.
Pero
en realidad, los judíos de la época de Jesús se sentían mal porque alguien
superior a ellos obraba con sencillez, pero con tremendo poder para derrotar a
Satanás. Y no solo esto, sino que echaba por tierra toda la estructura
levantada por los religiosos que a toda costa querían mantener lo que ellos
mismos habían organizado. Bien dijo alguien que la peor derrota de la vida es
caer de un rascacielos que uno mismo ha construido.
¿Por
qué la blasfemia contra el Hijo será perdonada, pero no la blasfemia contra el Espíritu?
___________
Nota
y Bibliografía:
-
e-Sword-the. LEDD.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 6/4/2024. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. AA-HH Ciudadela de Noé. Los Cardos Mz. E - Lt. 18. III Etapa. Cel. 937-608382-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
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