¿DIOS ESTA ESCUCHANDO? (1 Juan 5:13-15)
¿DIOS ESTA ESCUCHANDO?
(1 Juan 5:13-15)
“Estas cosas os he escrito a vosotros que
creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y
para que creáis en el nombre del Hijo de Dios… Y
esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a
su voluntad, él nos oye… Y si sabemos
que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
Pastor: Carlos Ramírez Jiménez:
Cuando vamos a
la Iglesia [Templo, Capilla, o Local…] los días de la oración, una de las tareas
es orar por las peticiones que las personas presentan durante la reunión:
·
Por la
salud de un miembro de la Iglesia,
·
Las
finanzas de una familia,
·
Por la salud de un padre o madre,
·
Para
que un hermano que no se congrega, vuelva al Señor,
·
Así por
el estilo hay mucho porque pedir, en la noche de oración.
Raras veces oímos sobre los
resultados de esas oraciones, ya que los pedidos son múltiples y los
testimonios quedan en silencio, casi todo el tiempo, y como pastor, o miembros
no tenía manera de saber cómo había respondido Dios.
Confieso que a
veces me pregunto:
· ¿Él
realmente escucho?
· ¿Sucede algo como resultado de nuestras oraciones?
1. Las
Preguntas, Sin Respuestas Inmediatas:
La mayoría nos preguntamos si Dios nos OYE. Recuerdo mis ruegos por tener un terreno para la construcción del local de nuestra congregación, que no tuve respuesta después de dos años; por la conversión de mi cuñada que al final de su enfermedad por unos años murió, y otros casos dentro de mi ministerio.
Anécdota:
ESCUCHANDO:
OREJAS EQUIVOCADAS.
Un hombre perdió sus orejas en un accidente. Ningún cirujano plástico en su área pudo ofrecerle una
solución. Escuchó de un buen cirujano en Suecia y tomó contacto con él. El
nuevo cirujano lo examinó, pensó por un buen rato y luego dijo, "Si, yo puedo hacer esta operación".
Después de la operación quitaron los vendajes, luego los puntos y regresa a
su hotel. Al día siguiente, enojadísimo el hombre llama al cirujano por
teléfono y le grita, "¡Sinvergüenza, hijo
de las guayabas, me diste orejas de mujer!".
"Oye", dice el cirujano, "pero una oreja es
una oreja". "No hay diferencia entre
la oreja de un hombre a la oreja de una mujer". "Te equivocas", gritó el hombre recién
operado. "¡Escucho todo, pero no entiendo
NADA!".
TENEMOS OREJAS EQUIVOCADAS, QUE NO SABEMOS ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS.
2. Que Aprendemos A Través De Los Años:
A través de los siglos, hay millares de ejemplos en los que Dios en los que Dios inclinó su oído para escuchar:
1) Los gemidos de Israel bajo la
esclavitud (Éxodo 2:23[24*]25).
*“Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob”.
Pasaron los años y falleció el
faraón tan opresivo (el oyente o lector lo sabe;
Moisés no lo sabrá sino hasta el 4:19). Entretanto, seguía el gemir
de Israel a causa de la esclavitud (v. 23), sin evidencia ninguna de recordar
el propósito de su elección. A pesar de clamar a
Dios, el pueblo no vivía como Dios quería: Seguía
la norma de Jacob y no la de Israel (ver sobre 1:1).
·
Parece que
estuvieron al punto de olvidarse de Dios;
·
Sin
embargo, Dios no se había olvidado de ellos.
Aun sin haber logrado el propósito de su existencia, Dios reconoció su condición (v. 25). Se acercaba el tiempo de su liberación.
En los vv. 24 y 25 se cambia el énfasis, de la condición de Israel (v. 23) a la respuesta de Dios, y al hacerlo, se presenta al Señor en términos personales. Sin que Israel se diera cuenta, el Señor obraba. Antes de que Moisés supiera del cuidado histórico de Dios, el autor se lo revela a los lectores. Dios miraba al mundo y era el que lo controlaba, aunque a veces parecía que estaba ausente.
Sin saberlo el pueblo,
Dios oyó el gemido... se acordó de su pacto... miró..., y
reconoció su condición (vv. 24, 25). Dios obró sobre la base del pacto
hecho con los patriarcas (ver Gn. 12:1-3; 17:1-14; 26:2-5;
28:13-15). La estructura del pacto
requería fidelidad a sus
estipulaciones de parte de todos los participantes. Dios era fiel en cumplir
con sus promesas.
·
Él
sabía que Israel no había cumplido su parte;
· Sin embargo, mantuvo su acuerdo con los patriarcas.
El verbo “miró” (v. 25a) tiene un significado más
profundo que simplemente ver algo; incluye conocer la situación. Además, el verbo reconocer es dinámico y significa más
que un reconocimiento simple: lleva el sentir de
estar involucrado con algo. Dios sentía personalmente la opresión
del pueblo y la compartía con ellos.
·
Era un
Dios personal que oía y se acordaba de su pacto.
·
Era un Dios
que miraba, reconocía y se preocupaba por un mundo oprimido y sufriente.
También sufría Dios, y aún hoy en día éste es el mensaje de la cruz. Todavía se preocupa el Señor por su mundo.
2) Moisés en el monte de Sinaí (Deuteronomio 9:19).
“Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó aun esta vez”.
La intercesión de
Moisés, Ex. 9:18-21. Esta sección presenta lo que
Moisés hizo para expiar el pecado de Israel y para obtener la renovación del
pacto. Cuando Israel pecó, Jehová dijo a Moisés:
Déjame que los destruya (v. 14). Esta
expresión presupone que Moisés estaba orando
e intercediendo por el pueblo.
· Moisés
se postra delante de Jehová en ayuno y oración (v. 18) y Jehová contesta su oración (v.
19),
· Pero la oración intercesora de Moisés por Israel no aparece hasta el v. 26.
Moisés ayunó 40 días y 40 noches,
así como había hecho antes (v. 9). El propósito de su ayuno fue detener el
castigo preparado para el pueblo. Jehová contestó la plegaria de Moisés también
esta vez (v. 19). Moisés había orado diversas veces intercediendo por Israel.
En muchas ocasiones anteriores, Jehová había respondido las oraciones de su
siervo y lo hace otra vez en esta ocasión.
Moisés también oró por Aarón, su
hermano, porque influido por el pueblo e incitado por las gentes, él construyó
el becerro de oro (Ex. 32:1-6, 21-26). La intercesión de Moisés por Aarón no
aparece en la historia del becerro de oro en el libro de Éxodo.
Moisés tomó el becerro de oro y lo quemó en el fuego, lo desmenuzó y lo trituró hasta pulverizarlo y arrojó la ceniza en el torrente que descendía del monte. Este acto significaba que Jehová había respondido la oración de Moisés y que el pecado y la culpa de Israel habían sido removidos. En Ex. 32:20 Moisés mezcló la ceniza del becerro con agua y forzó a beber a los israelitas que habían adorado la imagen. Este acto de Moisés es similar al ritual de la ordalía en Núm. 5:16-28.
3) A José en Gilgal (Josué 10:14).
“Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel”.
El v. 14 es una reflexión
sobre el evento milagroso en el que Dios actuó. Ese día es inolvidable
históricamente hablando no sólo porque Jehová haya actuado milagrosamente, sino
que se destaca también el hecho que “Jehová escuchó la voz de un
hombre; porque Jehová combatía por Israel” (v. 14c).
Cualquier cosa puede suceder cuando Dios responde en consonancia con su lealtad y fidelidad al pacto hecho con los seres humanos. Su respeto a la palabra de un pacto se mantiene incólume aún en medio de circunstancias adversas. Es importante recordar, según la reflexión del v.14, que Jehová no respondió a la oración porque esta fuera muy elocuente o poderosa debido a quien la hacía. Respondió porque él “combatía por Israel” (v. 14d).
En la actualidad se enfatiza con
mucha frecuencia el poder de la oración o la necesaria intensidad de la oración. Así casi se sobrevalora el papel
del que ora o de la oración
misma. Este énfasis puede desviar la mirada de la
fe que debe ser colocada en el
autor y consumador de la misma (comp. Heb. 12:2). Puede provocar una confusión
e inseguridad permanente acerca de la fidelidad de Dios y sobre la
manifestación de su voluntad. Cuando el énfasis está colocado sobre la oración o sobre el que hace la oración, el objeto de la fe, es decir, Dios mismo, puede ser
malentendido e incluso su nombre puede ser manipulado.
· Lo primero
ocurre porque se espera que sea la oración la que determine la acción de Dios y
no su voluntad o su fidelidad.
· Lo
segundo puede ocurrir cuando lo que sucede después de la oración puede ser
interpretado al antojo del que ora al mostrarlo como una respuesta evidente a
su oración.
Quizá se debería dar más importancia a la manera de confiar en Dios a través de la oración, antes que convertir a estas en táctica o estilo para dar órdenes a Dios sobre lo que deseamos.
4) A Ana por un hijo (1 Samuel 1:10-17[11*]).
*“E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza”.
La oración de Ana y
el nacimiento de Samuel. Desesperada, Ana
volcó su angustia en una sentida oración pidiendo un hijo. Reforzó su oración
con un solemne voto (11). El hijo que
Dios le diera sería consagrado a él desde su nacimiento hasta su muerte. Núm. 6
describe cómo los israelitas podían consagrarse voluntariamente al servicio de
Dios durante un período determinado.
A éstos se les llamaba nazareos,
y hacían voto de nunca cortarse el cabello, símbolo visible de su dedicación a
Dios. De la misma manera, Ana prometió que su hijo sería un nazareo de por
vida.
Elí, el sacerdote principal en Silo, fue persuadido a dar su bendición y apoyo a Ana (17). Su equivocación inicial (13, 14) es quizá un primer indicio para el lector de que Elí estaba gradualmente perdiendo su capacidad como líder de Israel.
5) A David para ser librado de Saúl (2 Samuel 22:7).
En mi
angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios;
El oyó mi voz desde
su templo,
Y mi clamor llegó a sus oídos.
Dios de
consolación, 2 Sam. 22:5-7. El Dios personal es
un Dios que siente con su pueblo y que consuela a sus hijos. La vida está llena
de temores, angustias y desesperación. David no tuvo una vida de completa
felicidad, si es que existe la completa felicidad; David
sufrió:
·
Persecución,
·
Engaño,
·
Envidia de otros,
·
Humillación,
·
Crisis
gubernamentales,
·
Muerte
de seres queridos, etc.; y
· En todo esto, David encontró consuelo
en Dios, como no lo encontró en otra persona.
En la angustia, David invocó a Jehová, el Dios que oye. La palabra invocar es del verbo qara’ H7121: llamar. La angustia hace clamar a la persona por ayuda, por entendimiento, por consuelo; el creyente no puede ser derrotado por la angustia, porque tiene a un Dios que escucha su clamor. El verbo shama’ H8085 (escuchar) es usado 1,050 veces en el AT.
3. La Confianza, Él Nos Oye:
1) El Clímax Está En: 1 Juan 5:14:
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”.
Ayuda Hermenéutica:
ἀκούω = akoúo G191: verbo primario, oír (en varios sentidos): - entender, escuchar, hablar, llegar a oído de, obedecer, oír hablar, oyente. (Strong).
Pedir conforme
a su voluntad no significa que antes
de poder orar con eficacia los cristianos necesiten descubrir de algún modo los
planes secretos de Dios para el futuro (algunas
veces llamados su “voluntad oculta” o los “decretos de su
voluntad”; comp. Dt. 29:29).
Más bien, lo que significa es que
deberíamos pedir en conformidad con lo que enseña la Biblia respecto a la
voluntad de Dios para su pueblo (algunas veces
llamada la “voluntad revelada” o los “preceptos de su
voluntad”).
Cuando los cristianos ORAN en conformidad con las cosas que, según la enseñanza de la Escritura, agrada a Dios, entonces ORAN de acuerdo con la voluntad divina (comp. Mt. 6:10; Ef. 5:17).
2) Él Nos Oye: 1 Juan 5:15:
“Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. (1 Jn. 5:15).
Saber que
ÉL nos oye en cualquier cosa que pidamos es suficiente, porque la
comunión con Dios es el objetivo de la ORACIÓN.
Tenemos las peticiones. La experiencia humana atestigua que los cristianos no
siempre reciben todas las cosas que le pidan a Dios, ni siquiera aquellas que
parecen estar de acuerdo con su voluntad revelada (ver v. 14, arriba).
Este versículo debe
entenderse a la luz de otros pasajes de la Escritura que enseñan que ORAR
conforme a la Voluntad de Dios incluye la necesidad de:
·
Orar con fe (Mt. 21:22; Stg. 1:6),
·
Con
paciencia (Lc. 18:1-8),
·
En obediencia (Salm. 66:18; 1 P. 3:12) y
· En sumisión a la mayor sabiduría de Dios (Lc. 22:42; Rom. 8:28; 1 P. 4:19).
Concluyó:
Al acudir a Dios hoy, confiemos en su oído atento. ÉL OYE nuestros
ruegos, sea inmediato, después, o mas tarde, pero te responderá, se paciente, y
lo veras, Dios es fiel.
Has una pausa para considerar qué
fue lo último que le pedisteis a Dios:
·
¿Qué te motivó a hacerlo?
· ¿Cómo puedes saber que Dios te oye?
Se paciente, Dios oye.
___________
Nota y Bibliografía:
- e-Sword-the.
LEDD.
-
Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos
Ramírez Jiménez. 30/10/2024. MISIÓN BAUTISTA: “Emanuel”. AA-HH Ciudadela de
Noé. Los Cardos Mz. E - Lt. 18. III
Etapa. Cel. 937-608382-Tumbes.
charlyibsh@hotmail.com
Visite: El Block ‘El Alfarero Restaurador’ “El Shaddai”.
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