La Revelación Por El Espíritu De Dios: (1 Corintios 2:6-16)
La Revelación Por El Espíritu De Dios:
(1
Corintios 2:6-16)
Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de
hombre,
Son las que Dios ha preparado
para los que le aman. (V. 9).
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. (V. 10).
Pastor:
Carlos Ramírez Jiménez:
Introducción:
Aquí Pablo hace un contraste entre la sabiduría divina y
la admirada sabiduría de la clase gobernante. Dios se ha complacido en
revelar su sabiduría por medio de su Espíritu a los apóstoles, a nosotros (10).
El nosotros que se implica en los vv. 6, 7, 13 y 16 no se refiere a los cristianos de Corinto cuyo comportamiento, según se describe en esta carta, muestra que no son de los que tienen la mente de Cristo (16, comp. 5:1; 6:1; 11:1). Tampoco se refiere a los cristianos en general, sino antes bien al ministerio especial de los apóstoles.
1.
Misterio: (vv. 6, 7):
misterio. El
evangelio que Pablo proclamaba, el cual solo se comprende por revelación divina.
Sin
embargo, la predicación del evangelio, lejos de ser contraria a la verdadera “sabiduría” es una sabiduría infinitamente superior
a la de los sabios del mundo. hablamos sabiduría vv. 6, 7. Aquí
Pablo reasume el “nosotros” (los predicadores, yo, Apolos, etc.), que usó
cuando dijo: “nosotros
predicamos” (cap. 1:23), sólo que aquí se refiere a algo menos
público (comp. vv. 7, 13. “misterio”. escondido). Porque “sabiduría”1) aquí denota no el todo de la doctrina, sino sus
principios más sublimes y profundos.
entre perfectos—Sólo aquellos que se han
perfeccionado en la experiencia y el conocimiento cristianos, pueden comprender
la verdadera superioridad de la sabiduría cristiana que Pablo predicaba. Son
distintos no solamente de los hombres mundanos y carnales, sino también de los
niños en Cristo, que, si bien están “en Cristo”,
retienen mucho de lo “carnal”, y no
pueden por tanto entender las verdades profundas del cristianismo (cap. 14:20; Filp.
3:15; Heb. 5:14).
Pablo
al usar los términos “misterio”2) o “sabiduría oculta” (v. 7), no dio a entender
alguna tradición oculta distinta del evangelio (como
la “disciplina arcana”, y la doctrina de la
reserva practicada por la iglesia de Roma), sino el desenvolvimiento
de los tesoros del conocimiento, una vez escondidos, en los consejos de Dios más
ahora anunciados a todos, los cuales serán comprendidos inteligentemente en
proporción a la medida en que la vida interior del oyente sea transformada a la
imagen de Cristo.
Compárense
ejemplos de tales “misterios”, o sean las
“verdades” cristianas más profundas
que no fueron predicadas por Pablo en su primera visita a Corinto, cuando se
limitó a los elementos fundamentales (v. 2), pero que ahora habla de ellas con
los “perfectos” (cap. 15:51; Rom. 11:25;
Ef. 3:5-6.). La palabra “Perfecto” aquí,
no significa la perfección absoluta, sino la perfección en contraste con los “niños”, o sean los menos maduros en el crecimiento
cristiano (comp. Filp. 3:12-13, con 1 Jn. 2:12-14). “Dios” (v. 7) está en contraste con el mundo, los apóstoles
con “los príncipes (grandes y eruditos)
de este mundo” (v. 8*); cap. 1:20).
ni de los príncipes **)… que se deshacen—Comp. con “lo que no es” (1:28). Es decir, son pasajeros, no inmortales. Por tanto, su sabiduría no es verdadera. La idea es, según Alford, “que son deshechos”, ya que Dios escoge las “cosas que no son (las flacas y despreciadas cosas del evangelio), para deshacer (el mismo verbo en cada caso) las que son” (cap. 1:28).
Ayuda Hermenéutica:
**)arcon =
(ἄρχων, G758), se traduce «príncipe»
en la rvr en Mt. 9:34; 12:24; Mr. 3:22; Lc. 11:15; Juan 12:31; 14:30; 16:11,
del diablo en todas las citas anteriores; Hech. 4:26, de los príncipes de este
mundo; Hech. 23:5, de un gobernante terreno; 1 Cor. 2:6, de príncipes «de este siglo»; v. 8, igual; Ef. 2:2, del diablo.
Para una comparación entre las traducciones de rv y rvr. (VINE)
NOTA: *)v. 8: Pablo describe a estos príncipes como perdiendo su fuerza (gr.
katargouménon), lo cual puede
entenderse de dos modos, conforme a los dos sentidos principales del verbo
griego:
1) Van desapareciendo (queda abolidos). Tanto los sistemas filosóficos
como los poderes políticos pasan continuamente, para dejar su lugar a otros
sistemas, a otros regímenes y, sobre todo, a otros líderes culturales y
políticos. Como dice Trenchard: “Frente a la sabiduría divina, Aristóteles no se halla en
mejor caso que Julio César”.
2) Carecen de fuerza, de mordiente (quedan reducidos a la impotencia). La sabiduría de Dios contiene el plan salvador de Dios para todos los hombres (vv. 7, 9, comp., con Rom. 16:25b), mientras que ninguna filosofía humana, así como ningún sistema político, pueden ofrecer al hombre verdadera salvación; ni siquiera consiguen nivelar los “bolsillos”; mucho menos, regenerar los corazones, pues aquello es una consecuencia de esto (Hch. 4:32).
hablamos sabiduría de Dios v. 7. —enfáticamente
contrastada con la sabiduría de los hombres y de este mundo. (vv. 5, 6.) en misterio—Es decir, “hablamos como tratando de un misterio”, esto es,
no de algo que deba guardarse en secreto, sino de algo que una vez fue oculto,
pero que ahora es revelado. Mientras que los misterios paganos eran revelados
solamente a los pocos escogidos, los del evangelio se hacían notorios a todos
los que obedeciesen a la verdad. “Si nuestro
evangelio está encubierto, está encubierto a los que se pierden” (2 Cor.
4:3), “a aquellos que el dios de este siglo ha segado”.
Comúnmente
usamos el vocablo “misterio” en
referencia a aquellos de los cuales se retiene el conocimiento; los apóstoles
lo usaban en referencia a aquellos a los cuales es revelado. Está encubierto
mientras no se publica, y cuando se publica sigue encubierto a los imperfectos.
predestinó—(comp. v. 9), fue “preparado para aquellos que le aman”.
antes de los siglos—Esto es, desde la eternidad. La sabiduría de Dios supera en antigüedad a toda humana sabiduría. No sólo existió antes que la sabiduría del mundo, sino que existió eternamente antes que el mundo mismo con sus siglos. para nuestra gloria—Nuestra gloria ahora, así como en el más allá, de parte del “Señor de gloria”.
2. Los Príncipes De Este Siglo: (v. 8):
La que ninguno … conoció V.
8. Es decir, la
sabiduría de Dios. Esta es la prueba más poderosa de que el hombre
natural carecía completamente de la sabiduría celestial.
porque … nunca hubieran crucificado al Señor de
gloria—Esto denota la conexión inseparable de la humanidad y la divinidad de
Cristo. El Señor de gloria (de la cual tenía
derecho aun antes de que el mundo fuese, Jn. 17:4-24) fue
crucificado. Antes—“Pero (ha acontecido) como está escrito”. Cosas que ojo no vio, etc. Alford
traduce:
Ø “Las cosas que ojo no vio, … las cosas que Dios preparó … nos las reveló Dios por el Espíritu”.
De
esta manera se ignora el “empero” del v.
10. Constrúyase más bien, como Estio: “Hablamos (que viene del v. 8) de
cosas que ojo (antes) no vio … cosas que ha
preparado Dios … pero que Dios nos las reveló a
nosotros …”.
La cita no aparece palabra por palabra, pero sí es una exposición inspirada de la “sabiduría” (v. 6, tomada de Is. 64:4). Las palabras “fuera de ti, oh Dios”, no se citan, directamente, pero se expresan virtualmente en la exposición de ellas (v. 10): “Nadie, oh Dios, fuera de ti ve estos misterios, y Dios nos los ha revelado por su Espíritu”. Ni han subido en corazón—Un hebraísmo comp. la expresión: “ni vendrá al pensamiento”, (Jr. 3:16). Dios ha preparado—En Isaías 64 leemos: “Dios … hiciese por el que en él espera” aquí, “para los que le aman”. Isaías hablaba a los que aguardaban la futura aparición del Mesías; Pablo, a los que aman al Mesías que ya ha aparecido (1 Jn. 4:19), comp. v. 12: “lo que Dios ha dado”.
3.
La Inspiración De La Palabra: (v.
10):
Dios nos lo reveló3) … por el Espíritu v.
10.
—La inspiración de los pensamientos (en cuanto concierne a la verdad esencial
para la salvación es lo que hace a un cristiano (cap. 3:16; 12:3; Mt. 16:17; Jn.
16:13; 1 Jn. 2:20, 27); la inspiración de las palabras, hace a un PROFETA (2 Sam. 23:1-2; 1 R. 13:1, 5) “por la palabra del Señor” (v. 13; Jn. 20:30-31; 2 P.
1:21).
Ø Los secretos de la revelación están velados para algunos, no
porque aquellos que los conocen no quieran revelarlos (porque en
efecto la misma palabra revelación sugiere el apocalipsis de lo velado),
sino porque aquellos que los escuchan no tienen la voluntad, o el poder, para
comprenderlos.
Ø Por tanto, sólo aquellos que son enseñados del Espíritu conocen
estos secretos (Salm. 25:14; Prov. 3:32; Jn. 7:17;
15:15).
a nosotros—Es decir, los “perfectos”, o los experimentados en la vida
cristiana (v. 6). Los inteligentes podrán entender el bosquejo de las
doctrinas, pero sin la revelación del Espíritu Santo seguirá para ellos un mero
bosquejo—un esqueleto, correcto acaso, pero sin vida [Precauciones para el
Times xiv] (Lc. 10:21). el Espíritu todo lo
escudriña—Obra en nosotros y con nuestros espíritus (comp. Rom. 8:16,
26-27).
· El
Antiguo Testamento nos revela a Dios (el Padre)
para nosotros.
· Los
Evangelios, a Dios (el Hijo) con
nosotros.
· Los
Hechos y las Epístolas, a Dios (el Espíritu
Santo) en nosotros [Monod] (Gál. 3:14).
lo profundo de Dios—(Salm. 92:5). Su naturaleza divina, atributos y consejos. El Espíritu se deleita en explorar las infinitas profundidades de su propia mente divina para revelárnoslas conforme a nuestra capacidad para comprenderlas (Deut. 29:29). Esto prueba la personalidad y la divinidad del Espíritu Santo. La divinidad no puede ser separada del Espíritu de Dios, así como la humanidad no puede ser separada del espíritu del hombre.
4. Nadie
Conoció Las Cosas De Dios: (vv. 11-14):
nadie conoció las cosas de Dios v. 11, —ni ángel, ni hombre. Esto prueba la
imposibilidad de conocer las cosas de Dios salvo por instrumentalidad del
Espíritu de Dios (quien es el único que las
conoce, puesto que aun en el caso del hombre, tan infinitamente inferior en la
mente a Dios, ninguno de sus semejantes sino solamente su propio espíritu
conoce las cosas que están ocultas en su interior).
NOTA: V. 11:
Una persona sólo puede conjeturar
lo que otra persona piensa; sólo la persona misma sabe lo que piensa. El caso de Dios es mucho más difícil de sondear, y eso
por dos razones:
1) Un hombre puede
conjeturar lo que otro hombre piensa, pero nadie puede conjeturar lo que Dios
piensa;
2) El Espíritu de Dios, que personifica su poder activo, eficaz, penetrante, llega a profundizar en el abismo infinito e inefable de Dios, mientras que el propio espíritu del hombre se percata únicamente de lo que aparece en la pantalla, como en la superficie, de la conciencia psicológica; por eso, es tan engañoso el corazón humano (Jr. 17:9), pues engaña a su propio dueño, el cual no se percata de los ocultos móviles que guían su conducta.
hemos recibido, no el espíritu del mundo v. 12, —el malvado “espíritu
que ahora obra en los hijos de desobediencia” (Ef. 2:2). Este
espíritu es natural en el no regenerado, y no necesita ser recibido.
sino el Espíritu que es [de parte] de
Dios—Lo hemos recibido como un don de Dios, pues es su mismo
Espíritu, así como nuestro espíritu es el espíritu que está en nosotros los hombres
(v. 11).
para que conozcamos lo que Dios nos ha dado—Es
decir, el actual conocimiento experimental, para nuestro indecible consuelo, de
sus profundos misterios llenos de sabiduría, y de nuestra futura posesión de
las buenas “cosas que ha preparado Dios para los que
le aman” (v. 9).
lo cual también v.13.
—No sólo conocemos por el Espíritu Santo “las cosas que Dios
nos ha dado abundantemente”, sino que también por él hablamos de las
mismas. (v. 12).
hablamos … con doctrina, etc.—Las cosas que el Espíritu enseña. acomodando etc.—Es
decir, interpretando las inspiradas Escrituras del Antiguo Testamento, y
comparándolas con el evangelio que Jesús por el mismo Espíritu reveló; y
asimismo ilustrando los misterios del evangelio comparándolos con los tipos del
Antiguo Testamento. Por esto la misma palabra griega “comparar” se traduce en 2 Cor. 10:12. Wahl
(Clavis) traduce:
· “Explicando (según la
traducción griega en la Versión de los Setenta de Gn. 40:8) a los espirituales (a los
que son enseñados del Espíritu) cosas espirituales
(cosas que el Espíritu nos ha enseñado)”.
Sólo
los que son enseñados del Espíritu pueden comprender las verdades espirituales.
Esto concuerda con los vv. 6, 9, 10, 14, 15; cap. 3:1. Alford traduce: “Juntando (combinando)
lo espiritual con lo espiritual”; esto es,
aplicando las palabras espirituales a las cosas espirituales, lo que no
haríamos si solamente usáramos palabras de buena sabiduría para explicar cosas
espirituales (así vv. 1, 4; 1 P. 4:11).
Tal vez aquí se emplean los neutros con frecuencia para abarcar
implícitamente estas varias nociones:
· Se
compara, o acomoda lo espiritual con lo espiritual;
· Se
declara que las cosas espirituales se adaptan solamente a las personas
espirituales (así el término “cosas” comprende
personas en el cap. 1:27), y también que las verdades espirituales
se combinan solamente con palabras espirituales (no
con palabras de humano saber); y
· Por fin, que las cosas espirituales de los dos Testamentos sólo pueden ser comprendidas por la mutua comparación o combinación, no con la “sabiduría” mundana, ni con las percepciones naturales (cap. 1:21, 22; 2:1, 4-9; comp. Salm. 119:18).
5.
EL Hombre Natural Sin Espíritu
Santo: (v. 15):
el hombre animal4)—lit.,
hombre de alma animal v. 14.
Se compara aquí el hombre espiritual con el hombre animal, quien
se gobierna por el alma animal (natural),
la cual se impone a su espíritu porque no posee el Espíritu de Dios (Jud. 1:19).
Así el cuerpo animal (natural), o sea
el cuerpo que es guiado por la inferior naturaleza animal (incluyendo el raciocinio y el corazón del hombre caído),
se contrasta con el cuerpo vivificado por el Espíritu (cap. 15:44-46).
El
hombre
carnal (quien es guiado por
los apetitos físicos, y por un espíritu jactancioso, ajeno a la vida divina)
es pariente cercano del hombre animal; así también el terrenal. El hombre “diabólico” o “demoníaco”
que es “guiado por un espíritu malvado”,
es el mismo hombre animal que ha descendido a su condición más baja. (Stg. 3:15).
no percibe las cosas … del Espíritu—“no las recibe”—aunque le son
ofrecidas y son “dignas de ser recibidas de todos”
(1 Tim. 1:15).
porque le son locura—Por cuanto anda en busca de la “sabiduría” (cap. 1:22). no las puede entender—No sólo no las sabe, tampoco puede saberlas, y por tanto no las quiere “recibir” (Rom. 8:7).
6. Templo del Espíritu Santo: (v. 15):
el espiritual— v. 15. “El hombre espiritual se distingue de sus semejantes en
que en él rige el Espíritu”. En el no regenerado, su espíritu, que
debiera de ser el órgano del Espíritu Santo (el que lo es en el regenerado), está
sujeto por el alma animal de tal manera que nunca puede ser llamado “espiritual”.
juzga todas las cosas—y a todas las personas,
como verdaderamente son (comp. cap. 16:2-4; 1 Jn. 4:1), a la medida de su
espiritualidad. Tiene una comprensión práctica de las verdades del evangelio,
aunque no es infalible tocante a todos los puntos teóricos. Si un individuo
puede tener al Espíritu sin ser infalible, ¿por qué
no puede la iglesia tener el Espíritu, y con todo no ser infalible? (He aquí una refutación al argumento romanista en pro de
la inefabilidad de la iglesia, Mt. 28:20; Jn. 16:13).
Así
como el creyente y la Iglesia tienen el Espíritu, y no son por eso impecables,
del mismo modo él y la iglesia tienen el Espíritu, y no son por eso infalibles
ni impecables. La iglesia y el creyente son infalibles e impecables, sólo en
proporción al grado en que sean guiados por el Espíritu.
Ø El Espíritu guía a toda verdad y santidad;
Ø Pero su influencia en los creyentes y en la iglesia es hasta
ahora parcial.
Solamente
Jesús quien tenía el Espíritu sin medida (Jn. 3:34), es infalible tanto como
impecable. La Escritura, como fue escrita por hombres que cuando escribían eran
infaliblemente inspirados, es verdad sin mistura (Prov. 28:5; 1 Jn. 2:27).
NOTA: V. 15: el espiritual. El cristiano maduro, que es guiado y enseñado por el Espíritu, juzga todas las cosas, i es, puede escudriñar, tamizar y, por ende, entender todas las cosas; pero los no creyentes, e incluso los cristianos de mentalidad carnal, no pueden discernir las cosas ni entender al cristiano maduro.
6.
Solo El Espirito De Dios, Conoce a
Dios. (V. 16):
Porque ¿quién conoció … etc. v. 16. —Esto
prueba lo que dice el v. 15, que el hombre
espiritual “no es juzgado de nadie”. Para
poder juzgar al hombre espiritual, el
hombre
común necesita conocer “la mente del
Señor”.
Pero:
·
¿Quién de los
hombres comunes la conoce?
·
¿Quién le
instruyó?
Es decir:
Ø ¿Quién conoce la mente del Señor de modo que pueda
aconsejarle (cita de Is. 40:13-14)?
Así
se traduce en la Versión de los Setenta el verbo griego que significa probar,
convencer, en Hech. 9:22.
Los hombres naturales, que juzgan a los espirituales que viven conforme a la mente de Dios (“Nosotros tenemos la mente de Cristo”), virtualmente desean instruir a Dios, y llevarle a tomar otro criterio como si fuesen los consejeros que ayudan a su rey a tomar decisiones correctas. nosotros tenemos la mente de Cristo—a la medida de nuestra capacidad para comprenderla. Isaías en el cap. 40, aplica estas palabras a Jehová; por tanto, como este pasaje se aplica a Cristo, aquí él es Jehová.
Concluye:
Mediante
su Espíritu Santo podemos empezar a conocer sus pensamientos, hablar con Él, y esperar
su respuesta a nuestras oraciones. ¿Está pasando el
tiempo suficiente con Cristo para tener su misma mente?
Una relación íntima con Cristo viene sólo como resultado de pasar un tiempo constante en su presencia y con su Palabra. Léase Filp. 2:5ss para mayor información acerca de la mente de Cristo.
El
atribuir las palabras de los apóstoles “hablamos”
y “estamos hablando” (ambas en tiempo presente, vv. 6, 13) a la sabiduría de Dios
que ha sido revelada, señala al hecho de que ellos hablaban la palabra
de Dios; y esto explica por qué la iglesia, a través de la historia, ha
sostenido el punto de vista de que lo que los apóstoles dijeron es lo que Dios
dice.
Para poder juzgar al hombre espiritual, el hombre animal [natural] necesita conocer “la mente del Señor”.
___________
Nota y Bibliografía:
1) G4678 σοφία = Sofía: de G4680;
sabiduría (más elevada o más baja, mundana o espiritual):- sabiamente,
sabiduría. (Strong).
2) G3466 μυστήριον = mustérion: de un derivado de μύω = múo (cerrar la boca); secreto o «misterio» (mediante la idea de
silencio impuesto por iniciación en ritos religiosos): - misterio.
(Strong).
3) apokalupto = (ἀποκαλύπτω, G601), significa desvelar, develar, descubrir (apo = de, desde, ablativo; kalupto = cubrir). Ambos verbos se utilizan en Mt. 10:26. En Lc. 12:2, apokalupto es puesto en contraste con sunkalupto
= tapar,
cubrir totalmente. «Las utilizaciones de esta palabra en el NT., caen
bajo dos títulos: subjetiva y objetiva. La utilización subjetiva es aquella en la que algo
es presentado directamente a la mente, como:
(a) el significado de los actos de Dios (Mt. 11:25; Lc.
10:21); (b) el secreto de la Persona del Señor Jesús (Mt. 16:17; Juan 12:38); (c) el carácter de
Dios como Padre (Mt. 11:27; Lc. 10:22); (d) la voluntad de Dios para la conducta de sus hijos (Filp. 3:15); (e) la mente de
Dios a los profetas de Israel (1 P. 1:12), y de la iglesia (1 Cor. 14:30; Ef. 3:5).
»La utilización objetiva es aquella en la que se presenta algo a los sentidos,
vista u oído, como, referente al pasado, (f) la verdad declarada a los hombres
en el evangelio (Rom. 1:17; 1 Cor. 2:10; Gál. 3:23); (g) la Persona de
Cristo a Pablo en el camino a Damasco (Gál. 1:16); (h) pensamientos antes ocultos en el corazón (Lc. 2:35); referente al futuro, (i) la venida en
gloria del Señor Jesús (Lc. 17:30); (j) la salvación y gloria que esperan al creyente (Rom. 8:18; 1 P. 1:5; 5:1);
(k) el verdadero
valor del servicio (1 Cor. 3:13); (1) la ira de Dios, en la cruz, contra el pecado, y en la revelación del
Señor Jesús, contra el pecador (Rom. 1:18); (m) el inicuo (2 Ts. 2:3, 6, 8)». (VINE).
4) G5591 ψυχικός = psujikós: de G5590;
sensitivo, i.e. animado (a distinción por un lado de G4152, que es
la naturaleza más alta o renovada; y por el otro de G5446, que es la
naturaleza más bajo o bestial): - animal, natural,
sensual. (Strong).
psuquikos = (ψυχικός, G5591) , perteneciente a la psuque = alma, como la parte
inferior de lo inmaterial en el hombre, natural, físico; describe al hombre en
Adán y lo que le corresponde, puesto en contraste con pneumatikos = espiritual (1 Cor. 2:14; 15:44, dos veces, 46, en este último se usa como nombre;
Stg. 3:15, rvr: «animal»; rvr77: «natural»; vm: «sensual»),
relacionándose aquí quizás más específicamente a la mente, una sabiduría
correspondiente a, o surgiendo de, los deseos y afectos corrompidos; asimismo
en Jud. 1:19: (VINE).
- MATTHEW, Henry. COMENTARIO BIBLICO. Edit. Clie, Pág. 1609-1610.
- e-Sword-the. LEDD. Mundo Hispano.
- Biblia de Estudio RYRIE.
- Pastor: Carlos Ramírez Jiménez. 12//2//2025.
MISIÓN
BAUTISTA: “Emanuel”. Ciudadela de
Noé. Los Cardos Mz. E-Lt.18. III Etapa.
Cerca del Hospital Regional II. Cel.
937-608382-Tumbes.
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